Publicado el 19 de mayo por Presidencia de la Nación / Cultura / Fondo Nacional de las Artes
El volumen es resultado de más de una década de trabajo de investigación. Editado por Mariela Blanco, Alfredo Alonso Estenoz, Daniel Balderston, Emron Esplin y María Celeste Martín.
Entre 1949 y 1954, Jorge Luis Borges se ganaba la vida ofreciendo conferencias en ciudades de Buenos Aires, en algunas provincias argentinas y en Montevideo. El libro “Cuadernos y conferencias, de Jorge Luis Borges, que se presentó el pasado viernes en la Casa Victoria Ocampo, reúne por primera vez 24 juegos de notas escritas a mano por el escritor para preparar esas conferencias, una especie de andamiaje de su proceso de pensamiento, de sus búsquedas bibliográficas, de sus reflexiones sobre otros autores: un viaje al cerebro de Borges y la posibilidad de observar el método de trabajo para sus disertaciones orales.
Participaron de la presentación Mariela Blanco —una de las editoras del volumen junto con Alfredo Alonso Estenoz, Daniel Balderston, Emron Esplin y María Celeste Martín— y los académicos Magdalena Cámpora, Gonzalo Aguilar y Lucas Adur, invitados especialmente para compartir sus reflexiones sobre el libro.
En la apertura del evento, el presidente del Fondo Nacional de las Artes, Tulio Andreussi Guzmán, destacó la importancia del libro, basado en una investigación de más de una década, que da a conocer una visión poco explorada del escritor. Señaló, además, la particularidad de presentar el libro en la casa que fue de Victoria Ocampo, donde ambos —Ocampo y Borges— compartieron “su amistad, su empatía y sus reflexiones”.

Juan Antonio Lázara, director de Letras, Radio y Televisión del Fondo Nacional de las Artes, se encargó de moderar el encuentro: “Para mí, este es el libro del año”, afirmó, y destacó el trabajo colaborativo internacional llevado adelante por universidades argentinas y norteamericanas y el CONICET, donde se desarrolló esta investigación. Lázara, además, ofreció algunas precisiones sobre el contexto histórico del período.
Magdalena Cámpora enfocó su exposición en la evolución de la crítica borgeana y en la importancia de situar en ese contexto el libro Cuadernos y conferencias. En referencia a las notas que se estudian en la obra, señaló: “Borges lee, anota, reformula, inventa, y esa secuencia permite seguir el hilo de un pensamiento mientras sucede. Se ve bien en las extraordinarias reproducciones que ofrece esta edición: aparecen las cadenas de saberes con los que Borges va a tejer algo”. Y agregó: “En estas notas aparece un autor en pleno manejo de sus dones y, luego, un autor que sabe que va a perder la vista y que, con extraordinaria templanza, acopia material para luego poder decir o componer mentalmente”.
A su turno, Gonzalo Aguilar detalló los autores que aparecen en los manuscritos —Emerson, Walt Whitman, Juan Escoto Erígena, Bertrand Russell o David Hume, Francis Bacon, Voltaire, William Blake, E. A. Poe, Almafuerte, entre muchos otros—, a la vez que valoró los comentarios de los editores para encontrar algunas de las estrategias típicas de Borges como el trabajo de montaje, el método de ver vínculos con otras tradiciones, constelaciones de lectura y el característico método conjetural, aspecto que consideró el más fascinante del escritor en estas conferencias “porque marca la gran cuestión de Borges: el ámbito de la literatura como un ámbito deliberativo, donde la pluralidad de voces prima sobre todo”.
Lucas Adur, por su parte, fue el encargado de cerrar el panel, y lo hizo destacando las reproducciones facsimilares que se incluyen en el libro, que permiten ver su caligrafía, sus tachaduras y también lo “hermosamente neurótico que era, ensayando innumerables variantes hasta para un texto oral, pensando sinónimos”.
El diálogo posterior que estableció Adur con Blanco permitió al público apreciar cómo fueron las decisiones respecto de la edición, las discusiones que implicó en el equipo de investigación y el trabajo de descifrar la caligrafía de Borges. “El libro —señaló Blanco— tiene la posibilidad de leer la transcripción y a la vez ver la belleza del manuscrito”. Y agregó: “al no haber registro audiovisual de esas conferencias, los cuadernos se vuelven muy valiosos para reconstruir la oralidad de Borges, una faceta no tan conocida”.

Estuvieron presentes Victoria y Mariana Kodama, de la Fundación Borges; las académicas Gwendolyn Díaz y Claudia Farías Gómez, entre otros investigadores y estudiosos de la obra de Borges, y un numeroso público que colmó la sala.
Cuadernos y conferencias, de Jorge Luis Borges, es fruto de más de una década de investigación y colaboración entre especialistas de Argentina, Canadá y Estados Unidos, y fue impulsado por el Borges Center de la Universidad de Pittsburgh.