Domingo 22 de Junio de 2025
El Director General, Rafael Mariano Grossi, ha dicho que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) sigue vigilando de cerca y evaluando la situación relativa a los ataques israelíes contra emplazamientos nucleares de la República Islámica de Irán, y proporciona actualizaciones públicas frecuentes sobre los acontecimientos y sus posibles consecuencias para la salud humana y el medio ambiente.
Desde que comenzaron los ataques militares hace casi una semana, el OIEA ha estado informando sobre daños en varias de estas instalaciones, incluidos los emplazamientos relacionados con la energía nuclear situados en Arak, Isfahán, Natanz y Teherán, así como sobre su posible impacto radiológico.
En su declaración ante la Junta de Gobernadores celebrada el 13 de junio, la mañana en que se produjeron los ataques contra las instalaciones nucleares iraníes, el Director General recordó las numerosas resoluciones de la Conferencia General sobre el tema de los ataques militares contra las instalaciones nucleares, en particular, las resoluciones GC(XXIX)/RES/444 y GC(XXXIV)/RES/533, que establecen, entre otras cosas, que “cualquier ataque armado o amenaza contra instalaciones nucleares dedicadas a fines pacíficos constituye una violación de los principios de la Carta de las Naciones Unidas, del derecho internacional y del Estatuto del Organismo”.
También declaró que, además, el OIEA ha subrayado sistemáticamente que “un ataque armado contra una instalación nuclear podría tener como resultado liberaciones de radiactividad con graves consecuencias dentro y fuera de las fronteras del Estado que haya sido atacado”, tal y como se afirmó en la resolución GC(XXXIV)/RES/533.
Posteriormente, en la declaración que formuló en la reunión extraordinaria de la Junta de Gobernadores del 16 de junio de 2025, el Director General destacó que, “por segunda vez en tres años, asistimos a un dramático conflicto entre dos Estados Miembros del OIEA, en el que los establecimientos nucleares son objeto de ataques y la seguridad nuclear se ve comprometida. Al igual que ha ocurrido con el conflicto militar entre la Federación de Rusia y Ucrania, el OIEA no se quedará de brazos cruzados durante este conflicto”. “El OIEA está vigilando de cerca la situación —dijo—. El OIEA está preparado para responder a cualquier emergencia nuclear o radiológica”.
Fue la tercera declaración detallada del Director General en cuatro días sobre la situación en Irán, tras la declaración ante la Junta el 13 de junio y la declaración que formuló ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas más tarde ese mismo día. Además, el Organismo ha proporcionado actualizaciones periódicas en su cuenta oficial de X.
El Director General Grossi comunicó que en Irán permanecen inspectores del OIEA, preparados para desplegarse en los emplazamientos nucleares cuando sea posible, si bien el número de funcionarios del Organismo se ha reducido un poco a la luz de la situación de seguridad.
El Director General añadió: “El Organismo está y seguirá estando presente en Irán. Las inspecciones de salvaguardias en Irán continuarán conforme lo exigen las obligaciones de salvaguardias de Irán en virtud de su Acuerdo de Salvaguardias en relación con el TNP (Tratado sobre la No Proliferación), tan pronto como lo permitan las condiciones de seguridad tecnológica y física”.
Tras hacer un llamamiento a la máxima moderación para evitar una nueva escalada, el Director General Grossi destacó su disposición a “viajar inmediatamente y dialogar con todas las partes pertinentes para ayudar a garantizar la protección de las instalaciones nucleares y el uso pacífico continuado de la tecnología nuclear de conformidad con el mandato del Organismo, lo que incluye el despliegue de expertos del Organismo en seguridad nuclear tecnológica y física, además de los inspectores de salvaguardias que se encuentran en Irán, siempre que sea necesario”.
“La escalada militar pone en peligro vidas, aumenta la posibilidad de una emisión radiológica con graves consecuencias para las personas y el medio ambiente y retarda la indispensable labor hacia una solución diplomática que garantice a largo plazo que el Irán no adquiera un arma nuclear”, dijo.
El Director General afirmó que el OIEA está preparado para actuar en el marco de su mandato estatutario para ayudar a evitar un accidente nuclear que podría tener graves consecuencias radiológicas, y añadió: “Para que el OIEA pueda actuar, tendrá que entablarse un diálogo constructivo y profesional, y esto debe ocurrir cuanto antes”.
Sobre la base de los datos de que dispone, el OIEA ha venido informando acerca de la situación en las instalaciones y los emplazamientos nucleares de Irán, por ejemplo, con noticias como las que se describen a continuación.
El 13 de junio, el emplazamiento de la planta de enriquecimiento de combustible de Natanz fue objeto de ataques que destruyeron la parte que se encuentra sobre el nivel del terreno en la planta piloto de enriquecimiento de combustible, una de las instalaciones en las que Irán producía uranio enriquecido hasta el 60 % en U 235.
La infraestructura eléctrica de la planta, que incluía una subestación eléctrica, un edificio principal de suministro de energía eléctrica y generadores de suministro eléctrico de emergencia y de reserva, también quedó destruida. El 16 de junio, el Director General Grossi comunicó a la Junta que la pérdida de suministro eléctrico en las cascadas subterráneas podía haber provocado daños en las centrifugadoras que se encuentran allí.
Posteriormente esta misma semana, el OIEA publicó una actualización en la que comunicaba que, sobre la base del análisis ininterrumpido de las imágenes satelitales de alta resolución captadas tras los ataques contra el emplazamiento nuclear de Natanz, el Organismo había identificado otros elementos que indicaban que también se habían producido impactos directos en las salas de enriquecimiento subterráneas de Natanz.
No ha habido impacto radiológico fuera del emplazamiento de Natanz, pero sí contaminación radiológica y química circunscrita al interior de la instalación de enriquecimiento, informó el Director General Grossi. “La contaminación se restringió a esta instalación. No hubo impacto radiológico externo”, confirmó.
Teniendo en cuenta el tipo de material nuclear presente en la instalación de Natanz, es posible que los isótopos de uranio contenidos en el hexafluoruro de uranio, el fluoruro de uranilo y el fluoruro de hidrógeno estén dispersos dentro de la instalación, dijo. La radiación, compuesta principalmente por partículas alfa, supone un peligro considerable en caso de que se inhale o se ingiera uranio. Sin embargo, este riesgo puede manejarse eficazmente con medidas de protección adecuadas, como el uso de dispositivos de protección respiratoria mientras se esté dentro de las instalaciones afectadas. La principal preocupación dentro de la instalación es la toxicidad química del hexafluoruro de uranio y los compuestos de fluoruro que se generan al entrar en contacto con el agua.
En el emplazamiento nuclear de Isfahán, cuatro edificios sufrieron daños en el ataque del viernes: el laboratorio químico central, una planta de conversión de uranio, la planta de fabricación de combustible para el reactor de Teherán y la instalación de procesamiento de uranio metálico enriquecido, que estaba en construcción. Al igual que en Natanz, en el emplazamiento nuclear de Isfahán los niveles de radiación fuera del emplazamiento se mantienen invariados.
El 18 de junio, el OIEA explicó en una actualización que disponía de información que indicaba que dos instalaciones de producción de centrifugadoras de Irán habían sufrido ataques: el taller en TESA de Karaj y el Centro de Investigación de Teherán. Ambos lugares estaban anteriormente sometidos a medidas de vigilancia y verificación del OIEA en virtud del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC).
En el Centro de Investigación de Teherán sufrió daños un edificio donde se fabricaban y sometían a pruebas rotores de centrifugadoras avanzadas. En el taller de Karaj, dos edificios donde se fabricaban diferentes componentes de centrifugadoras quedaron destruidos.
El reactor de investigación de agua pesada de Khondab, que está en construcción, fue atacado el 19 de junio. Dado que el reactor no estaba operativo y no contenía material nuclear, el Director General Grossi dijo que no cabía esperar consecuencias radiológicas. Aunque en un principio los daños en la planta cercana de producción de agua pesada de Khondab no eran visibles, ahora se estima que los principales edificios de la instalación sufrieron daños, incluida la unidad de destilación. Por el momento, no se han observado daños en los demás emplazamientos nucleares de Irán.
Aunque hasta ahora no se ha producido ningún incidente radiológico grave como consecuencia de los ataques, el Director General Grossi destacó los posibles riesgos para la seguridad nuclear tecnológica y física.
“En Irán hay muchos materiales nucleares en diferentes lugares, por lo que existe la posibilidad de que se produzca un accidente radiológico con dispersión de partículas y materiales radiactivos en la atmósfera”, afirmó.
El Director General Grossi también subrayó la importancia de cooperar e intercambiar información con las autoridades iraníes.
“En estas difíciles y complejas circunstancias, es crucial que el OIEA reciba información técnica puntual y periódica sobre las instalaciones nucleares y sus respectivos emplazamientos. Esta información es necesaria para informar rápidamente a la comunidad internacional y garantizar una respuesta y una asistencia eficaces ante cualquier situación de emergencia en el Irán”, declaró, y añadió que también estaba en contacto permanente con otros países de la región.